Comunión



Toma, come; toma bebe.

Oigamos dirigidas a nosotros estas palabras: toma come, toma bebe. Nunca nos atreveríamos a hacerlo si no estuviéramos invitados. Acrecentar nuestra hambre y nuestra sed. "La mejor manera de descubrir si tenemos el amor de Dios es ver si amamos a nuestro prójimo", reeducando los deseos. Viviremos del Pan de Vida y gustaremos de sus inefables dulzuras.



Abundar en la nueva vida

Jesús nos revela que Él vino al mundo a traernos una nueva vida, y a dárnosla en abundancia. Esa nueva vida fluye de su costado abierto en la Cruz: la Sangre y el Agua simbolizan los sacramentos del bautismo y de la Eucaristía. Ya estamos bautizados, pero… ¿nos alimentamos continuamente de la Eucaristía? Un día sin unión eucarística es un día debilitamiento interior.



El prodigio de comulgar

Jesús pensó para nosotros una manera permanente de la seguridad de su presencia y de la fuerza para que no decaigamos en el camino. Instituye el prodigio de la Eucaristía, y nosotros estamos invitados a realzar siempre el enorme prodigio. Con nuestras delicadezas externas y con nuestras ansias de comulgar.