Comunión



Perfume y fuego en la Eucaristía

Jesús gusta comparar el Reino de Dios con un banquete. Un pasaje de san Lucas nos refiere el dolor de su corazón porque los hombres desprecian su invitación al banquete. Queremos ser de aquellos que asisten, con corazón bien dispuesto, a ese manar con el Alimento de vida eterna, la Eucaristía.



Banquete Pascual

Dolor de Cristo por las excusas para no ir al Banquete del Reino. El Banquete de ahora, la recepción eucarística, determina el Banquete celestial. Es un Alimento que tiene en sí todo deleite: en él encontramos cuanto podamos necesitar en el camino hacia la eternidad.



Jueves: Tomen, coman

Recordamos cada jueves el Jueves esencial: el Santo, día que arranca la “enormidad” de la Eucaristía. Su primer sentido es el de comer: un amor que busca la unión a un grado tal que se presenta así. ¿Cómo obtener más fruto de la comunión? Por la conformación de nuestro yo al de Cristo, por el desposeimiento de la propia persona y la entrega al que se entrega.