Comunión



Pan vivo, haz que mi alma que de Ti viva.

Pan vivo que das la vida al hombre / haz que mi alma de Ti viva (Himno Adoro te devote). Una vez más queremos dejarnos sorprender por el prodigio eucarístico, afirmando nuestra fe –que es la mayor de todas las certezas– en que Jesús es Quien está en la Eucaristía. Y nos asimila a Él cuando lo recibimos. Por eso las disposiciones previas –el hambre y la sed de recibirlo– determinarán nuestra identificación con Él.



Los tesoros de la Comunión

¿Tengo presente la fecha de mi Primera Comunión? Es el momento de las definiciones, pues Dios toma plena posesión de un alma cuando aún es pura, de niño. Valorando la Eucaristía evitaremos el riesgo del “modernismo”, que rechaza lo prodigioso, sobrenatural. Y La Eucaristía es una suma de milagros: la transustanciación, la presencia repetida en millones de Hostias, la actualización del Calvario y, sobre todo, el gran milagro de un Amor infinito.



Adorar antes de comulgar

Aunque haya “héroes” que realicen hazañas en solitario, la felicidad del hombre está en la comunión. Imagen y semejanza de Dios, el ser humano solo se realiza en la unión amorosa con su Creador. Por eso nos ha dado un medio, tremendamente objetivo, para logarlo: la comunión sacramental. De ella vendrá a depender nuestra unión en la tierra y luego en el Cielo.