Como Jesús, mantente en oración.
¿Qué nos admira más de la vida de Jesús? ¿Sus milagros? ¿Su misericordia? ¿Su Sabiduría? ¿Su determinación para cumplir la Voluntad del Padre? ¿O todo junto? Pero no olvidemos una característica muy propia de Él: su continua oración. Llenemos nuestro espacio con la constante presencia de Dios, acogiéndola con corazón abierto, confiado, amoroso, agradecido.