Vida de oración



Cómo va tu oración

Orar no es fácil. Para fray Luis de Granada, hay que subirse sobre sí y sobre todo lo creado. Y esto no nos saldrá a la primera; necesitamos mucha gracia de Dios y disponer nuestro interior en la paz y el desprendimiento. Entonces, con la ayuda del Espíritu Santo, seremos capaces de engolfarnos en el piélago de infinita suavidad y dulzura que es Dios.



Sentarse para orar

María de Betania recibió del mismo Señor la confirmación de su opción: lo único necesario es llenarse de Jesús. Para eso, resulta imprescindible, como María, sentarse. Así iremos logrando no solo hacer oración, sino ante todo ser almas de oración. El cristianismo del tercer milenio debe distinguirse en el arte de la oración.



Orar sin interrupción es el remedio

Nos alegra saber, por el testimonio de los Evangelios, las costumbres de Jesús. Una de ellas: la de levantarse antes del amanecer para hacer oración en lugares solitarios. Nosotros queremos ir por idéntico camino, intentando que esa comunicación de intimidad se convierta en continua y unitiva.