Amar siempre
Cuidar los desenfoques en la santidad; no consiste en acumular virtudes, ni en llevar una vida de gran renuncia o apostolado. Consiste en amar. Las virtudes se viven no por represión de los apetitos, sino por la presencia de un amor mayor. Así comenzó la práctica celibataria desde tiempos apostólicos: el amor intenso a Jesús llevaba al ofrecimiento de sí.