Cruz



Cruz vivificante

Pocos días antes de comenzar la Cuaresma, nos preguntamos sobre nuestras disposiciones para afrontar este tiempo litúrgico. Quizá no sean las más positivas, y por eso vale la pena comprender el poder vivificante de la mortificación. Es una gracia grande la de amar la Cruz: pedirla y alegrarnos al encontrarnos con ella.



La Cruz y el Crucificado

Una constante del Corazón de Jesús: la Cruz presente en su existencia. Y nos invita a seguirlo por ese camino. Cuidar que sea realmente la Cruz que salva, no las inventadas por nuestra soberbia o nuestra imaginación. Cristo no vino al mundo a evitar el dolor, ni tampoco a explicarlo. Vino a llenarlo con su presencia. Entonces es dolor salvífico que incrementa al amor.



14 de septiembre

Atraeré todo hacia Mí

Stat crux dum volvitur orbis, dice el lema de los cartujos. Todo gira, todo pasa, pero la Cruz permanece. Es ahí donde todas las cosas son atraídas, y la gran bondad divina ha querido que el misterio Pascual de Cristo se actualice en cada Misa. La ignorancia, la superficialidad, la falta de fe, la incapacidad de recogimiento hacen que no la valoremos suficientemente. Dejarnos atraer por ella.