Apostolado



La misión es para todos

En octubre celebramos el Domingo Mundial de las Misiones, y con eso quiere la Iglesia que recordemos del deber de todo cristiano de colaborar en la redención de la humanidad. Tenemos el ejemplo de san Pablo, que se sabía Apóstol de Jesucristo. Tomar conciencia de que eso mismo somos nosotros.



Ser madre: papel especial de la mujer.

Todos los cristianos estamos llamados a trasmitir la vida de Dios. Y en esto, por sus características propias, la mujer tiene una capacitación prioritaria. Ella debe siempre “vivificar” para cumplimentar su tarea de mujer. Si no, se desconoce a sí misma. Su tarea es alumbrar, ayudar a salir de las tinieblas a la luz.



El riesgo del pseudo apóstol

San Juan Bautista es el precursor “que va delante del Señor a preparar sus caminos” (Lc 1,76). Esa es también nuestra tarea: preparar a quienes el Señor desea visitar. Pero es tarea comprometedora: exige coherencia de vida, a riesgo de ser quinta columna y acabar haciéndole el juego al enemigo. Jesús hablaba con términos duros a los fariseos y escribas, “que recorréis mar y tierra para hacer un prosélito y, cuando llega a serlo, lo hacéis hijo de condenación el doble que vosotros” (Mt 25, 15). San Josemaría hablaba del pseudo apóstol.