La imprescindible fe
Jesús no permitió que la multitud que lo seguía fuera a comprar provisiones a los caseríos cercanos. Les indicó a sus apóstoles que ellos les dieran de comer (cf. Mt. 14, 13-21). Aportaron cinco panes y dos peces; el 99,9% lo tuvo que hacer el Señor. Pero quiere contar con ese mínimo aporte, desea hacernos el honor darles de comer el Pan de su Palabra y de su Eucaristía a la multitud hambrienta.