Agosto



17 de agosto

Bienaventuranzas

La traducción de “Bienaventurados” por “Dichosos” quizá no sea muy precisa. La fuerza del sermón de Jesús en las que nos habla de ellas nos remite a la Vida bienaventurada. No son bendiciones ni maldiciones, sino exhortaciones, aunque sean promesas paradójicas. Pensemos un poco en la de los que tienen hambre y sed de justicia, como el hambre y la sed de Dios.



18 de agosto

Desear amar más

Oración Colecta: Señor Dios, que has preparado bienes invisibles para los que te aman, infunde en nuestros corazones el deseo de amarte, para que, amándote en todo y sobre todo, consigamos tus promesas que superan todo deseo. Oración orientadora, porque “quien no quisiera amar a Dios más de lo que lo ama, de ninguna manera cumpliría el precepto del amor” (Santo Tomás de Aquino).



19 de agosto

Pecar es disonancia

Cuando Judas salió del Cenáculo para consumar su traición, el Evangelio dice: y era de noche, como si las sombras del mal envolvieran la tierra. Es sano considerar la terrible negatividad del pecado, evitando acostumbrarnos a él. Nos ayuda tener como referencia la Pasión del Señor, así como los daños que se siguen al hombre. En la armonía eterna, pecar es disonancia. Pecar proyecta sombras en la blancura astral.