Humildad



Humildad, anonadamiento.

La clave para comprender por qué Jesús se pone como modelo de humildad es su kénosis, su anonadamiento: siendo Dios, hacerse siervo, carne, material. Y, al venir a la Tierra, sigue dándonos ejemplo de anonadarse: en Belén, en Nazaret, en la Cruz, en la Eucaristía. La humildad resuelve todo, principalmente la dirección correcta al Cielo.



Al revés del mundo

Perder la vida para ganarla; bajar si queremos subir; ser los últimos para ocupar el primer puesto del Cielo: ¿hemos planteado nuestra vida en términos de humildad? La explosión de santidad viene sólo a través del crecimiento en la humildad. Proponernos reducir a cero nuestros problemas personales.



Humildad es llenarse de Jesús

La última de las unciones en vida de Cristo fue la realizada por santa María de Betania. Y aparece el enorme contraste con la actitud de Judas, que se enfada por el derroche. Y se enfada más cuando Jesús lo reprende: es posible que en ese instante haya decidido consumar su traición. Grandísimo constante: darlo todo o llenarnos de orgullo y avaricia. Estamos invitados a llenarnos totalmente de Cristo, para que desaparezca mi yo, obstáculo para amar.