Caridad



Caridad fraterna

La comparación es realmente exigente: ser como el Padre celestial, que hace salir el sol sobre buenos y malos. “Sean, pues, perfectos, como el Padre celestial es perfecto”. Nos pide la perfección del amor, que está por encima de las razones humanas y saca su fuerza de la unión con el Señor.



La caridad es de Dios

El cristianismo no es un moralismo, pero sí tiene clarísimas normas morales. El modernismo que cada cierto tiempo resurge busca diluir la claridad y la exigencia de la moral predicada por el Señor. Su exigencia, por ejemplo en el ámbito de la caridad, supera cualquier moral natural. La caridad permanece para siempre, y nuestras buenas obras nos acompañarán en la eternidad.



Talento de querer

En las lecturas de estos días encontramos una invitación a la vigilancia, esperando despiertos la llegada del Señor. En la parábola de los talentos podemos pensar en el talento que recibimos relativo a nuestra capacidad de amar. ¿Estamos haciendo que crezca el coeficiente de dilatación de nuestro corazón? La lectura del libro de los Proverbios destaca las cualidades de la mujer. Dios la dotó con mayor corazón.