Humildad



Olvidarse de sí

Cualquiera puede odiarse a sí mismo; lo difícil es olvidarse de sí mismo, decía Bernanos. Lleno el corazón del amor a Jesús viviremos con la naturalidad del que no se acuerda de que existe. La afirmación del yo conlleva dificultades en las relaciones interpersonales y la constante insatisfacción de la vida. Para entrar a la cueva de Belén hay que agacharse.



Los bienes de la cizaña permanente

Mateo 13, 24-30: parábola del trigo y la cizaña. ¿Por qué permite Dios que, en nuestra alma, coexistan el trigo y la cizaña? Sin duda son múltiples los beneficios: conocimiento propio, humildad, atraer la misericordia de Dios, etc. Descubrir el valor de las propias miserias como fuente de gracia y ocasión para atraer la misericordia de Dios.



Humildad y caridad
Nicodemo y la mujer samaritana… ¿tienen algo en común? Sí, el haber llevado bien una humillación que Jesús vio necesario hacerles. Él tiene también eso previsto para nosotros, junto con fracasos, desengaños, desprecios, sufrimiento, diferencias de caracteres… Todo para ayudar al vaciamiento del yo y al llenado de Él.