Humildad



Niégate y encontrarás tesoros

¿Por qué la negación, la privación, la elección del sufrimiento? La respuesta no es fácil, pues el dolor es un misterio. Pero Jesús puso como condición para seguirlo negarnos a nosotros mismos y tomar la cruz. Por eso hay tesoros en la tierra que no debemos desaprovechar: el hambre, la sed, el frío, la soledad, la traición, la calumnia…



Ejercicios de humildad

El evangelio de la Misa de hoy recoge una expansión del corazón de Cristo, que se alegra ante las almas humildes y sencillas. El infierno se construye en esta tierra con la soberbia, y con la humildad construimos sobre la verdad y la caridad: la verdad de nuestra nada y la apertura al amor. Crecemos en humildad llenando nuestro corazón de Jesús y olvidando la propia “dignidad”.



Aprender la humildad de Jesús

Vengan a Mí, todos los que están cansados y agobiados, que Yo los aliviaré. Tomen sobre ustedes mi yugo, y aprendan de Mí que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso. Palabras consoladores, al tiempo que definitivas del modo de ser cristiano. La humildad de corazón que aprendemos de Cristo la leemos en su vida de relación con el Padre.