Humildad



Zaqueo y la letanía de la humildad

Zaqueo, jefe de publicanos y rico, no tenía resuelta su ansia de felicidad. Sabe que la encontrará en Jesús, y no se detiene hasta encontrarse con Él. No le importan los respetos humanos, y tiene la alegría de recibir al Señor en su casa. Dios resiste a los soberbios y da su gracia a los humildes. La letanía de la humildad nos ayudará a que no se infiltren en nuestro interior los ataques permanentes de la soberbia.



24 de junio

La humildad de San Juan Bautista

Juan Bautista, llamado por Dios desde el seno materno y santificado en el vientre de su madre, da testimonio del Mesías a base de desaparecer él mismo. Toda su vida no tiene otro sentido que confesar al Salvador. Humildad profunda que hoy podemos aprender de él.



Humildad de creatura

Reconocer nuestra nada: de la nada venimos, por el poder de un Dios omnipotente que nos ha amado. El primer pecado es no reconocer su preminencia, pretendiendo la nuestra. Conjurar el riesgo de la soberbia, manteniendo en nuestra mente a Jesús y ejercitándonos en actos de humildad.