Humildad



Humildad es llenarse de Jesús

La última de las unciones en vida de Cristo fue la realizada por santa María de Betania. Y aparece el enorme contraste con la actitud de Judas, que se enfada por el derroche. Y se enfada más cuando Jesús lo reprende: es posible que en ese instante haya decidido consumar su traición. Grandísimo constante: darlo todo o llenarnos de orgullo y avaricia. Estamos invitados a llenarnos totalmente de Cristo, para que desaparezca mi yo, obstáculo para amar.



Humildad en María

En el Magníficat encontramos la más larga de las expansiones del corazón de María. Alaba al Creador y reconoce que Él la miró –la amó– al ver su humildad. Reconocer nuestra nada, confrontándola con el todo de Dios, hará que Él pueda también colmarnos de su gracia. Nos ubicamos así en la verdad, en la antítesis de satanás que, lleno de sí mismo, se cierra al Creador.