Eternidad



Anuncia la eternidad

Jesús nos recomienda tener miedo a los que pueden enviar cuerpo y alma a la gehena, al lugar de podredumbre, soledad y desesperación. La posibilidad existe mientras estemos vivos. Ante la conciencia de situación tan espantosa, aprovechemos el tiempo; oración, mortificación, acción. Nuestro tiempo puede salvar almas, no lo despilfarremos en bagatelas.



Prepara el más allá

Nuestra vida transcurre entre dos abrazos, el bautismal y el que nos dará el Padre celestial al llegar a la gloria. Preparar el encuentro: que no sea una muerte “repentina” porque nos hemos dispuesto a ella. Y que no sea un juicio “sorpresivo”, porque hemos procurado escuchar siempre la voz de la conciencia en la que habla Dios.




Más te vale entrar manco  

… más te vale entrar manco en el reino de los cielos que con tus dos manos ser arrojado al fuego del infierno… Serias advertencias de Nuestro Señor, que son una llamada apremiante a la vigilancia. ¿El peligro? El pecado, en todas sus variantes, así como las ocasiones de caer en pecado. Reconocernos pecadores, tener contrición verdadera y hacer apostolado de la confesión.