Eternidad



Prepara el más allá

Nuestra vida transcurre entre dos abrazos, el bautismal y el que nos dará el Padre celestial al llegar a la gloria. Preparar el encuentro: que no sea una muerte “repentina” porque nos hemos dispuesto a ella. Y que no sea un juicio “sorpresivo”, porque hemos procurado escuchar siempre la voz de la conciencia en la que habla Dios.




Más te vale entrar manco  

… más te vale entrar manco en el reino de los cielos que con tus dos manos ser arrojado al fuego del infierno… Serias advertencias de Nuestro Señor, que son una llamada apremiante a la vigilancia. ¿El peligro? El pecado, en todas sus variantes, así como las ocasiones de caer en pecado. Reconocernos pecadores, tener contrición verdadera y hacer apostolado de la confesión.



Noviembre: recuerda los Novísimos. 

Noviembre inicia con la conmemoración de los fieles difuntos, y en su liturgia de la palabra presenta, las últimas semanas, las profecías del Nuevo Testamento sobre el fin del mundo. Es la escatología personal y la universal. Nos ayuda a considerar las cosas con ojos de eternidad, y a “aprovechar el tiempo”, en su sentido profundo, como crecimiento en la gracia santificante.