31 de diciembre
Terminus vitae non amoris
Intentemos “alinear” nuestra alma en las últimas horas del año que termina. Nos urge la gratitud, conscientes de que somos absolutamente deudores de Dios. Pero quizá nos entre la nostalgia, al comprobar una vez más que todo se acaba. ¿Todo? No, el amor no termina, y por eso debemos ilusionarnos con crecer día a día en el amor.