Riesgo de condenación
Cualquiera que sabe de un peligro mortal para otros, debe avisarlo. El infierno no es solo un peligro mortal, sino también eterno. La Iglesia invita a advertirlo, y nos resulta saludable pensar en él, sobre todo cuando se nos nubla el horizonte. Salvar almas vendrá a ser la primera de todas las obras de caridad. Hemos de llegar todos juntos a la casa del Padre.