Antídoto para la inmortalidad
Semana XXXIV del tiempo ordinario, última semana del Año litúrgico, los tintes de la liturgia de la Palabra son apocalípticos. No para invitarnos a la elucubración, sino para pensar en la eternidad. Veamos así la Sagrada Comunión, Pan de Vida eterna, antídoto para la inmortalidad.