Adorar la Sagrada Eucaristía



La Sagrada Eucaristía consuela

Jesús no tiene solo palabras de vida eterna sino también hechos de salvación. Por eso dirige su vida al Misterio Pascual, que se inicia con “la Sagrada Institución”. Dentro de la riqueza de matices de la Eucaristía, podemos fijarnos en su razón de compañía que da consuelo. Tiene siempre para nosotros plena disponibilidad de tiempo, de escucha, de acogimiento, de espera.



Dinámica de la Eucaristía

Todos los días hemos de meditar en el gran misterio de amor y fe que es la Eucaristía, pero particularmente los jueves, como prolongación de la Sagrada Institución. Y lo hacemos orando con el himno Adorote devote, buscando que haya en nosotros, efectivamente, una actitud de adoración. Porque Dios se esconde para encender nuestro deseo de encontrarlo. Y entonces nos sometemos totalmente a su dulce imperio.



Sé alma de Sagrario

Renovemos el asombro eucarístico, como si oyéramos de la existencia de tan gran maravilla por primera vez. Es el adelanto del cielo y la razón de la eficacia de una vida. Es la solución a vivir bien centrado. “Sea alma de Sagrario”, aconsejaron a un misionero en la India y da testimonio de lo acertado de tal consejo. Ejemplos de santos eucarísticos.