Recibimos la Sangre de Cristo al comulgar
La sexta estrofa del “Adoro te devote” habla del pelícano piadoso. Una sola gota de su Sangre puede limpiar de todos los crímenes al mundo entero. Y nosotros la recibimos completa en la Comunión. Pero no solo nos limpia, sino que puede llegar a embriagarnos, a trastornarnos con el exceso de Amor que se nos trasmite en ella.
Correspondencia eucarística
Ante la locura de amor de la Sagrada Eucaristía, una palabra clave es correspondencia. La pretensión de Jesús al entregársenos como alimento nos descubre su íntimo deseo: la unificación. ¿Correspondemos? Hambre y sed de comulgar, educando nuestros deseos, mortificando aquello que pueda ocupar el lugar del deseo esencial, el deseo de unión.