Amor a Dios


Apostolado: fruto del amor.

El Señor llama a trabajar a su viña al amanecer, a media mañana, al medio día, a media tarde y al caer la tarde: nunca hay excusa. Pero se trata de llenarse de Él para poder comunicarlo. Portadores de Cristo, como el burrito que le sirvió de trono para tomar posesión de la ciudad santa.



Amarás con todo

El Evangelio del viernes de la III semana de Cuaresma recoge la respuesta de Jesús respecto al primero de todos los mandamientos. Es ilusionante advertir que no se trata de algo limitante, mutilador, sino al revés. Es algo que responde a la más profunda realidad de nuestro ser, que encuentra su identidad, y su felicidad, en el amor.



Hambre y sed de amar a Dios

Jesús en el discurso de las bienaventuranzas no distingue entre el Cielo y la tierra. Algunas tienen su premio aquí y otras allá. La de hambre y sed de justicia solo se saciará en el Cielo: aquí siempre puede aumentar. Una manera de medir esa hambre y esa sed es nuestro deseo de la Eucaristía.