Espíritu Santo



El Paráclito nos santifica

“Para contentar a Dios, no había de dejar nada por hacer”, le dijo su confesor a santa Teresa. Pero ella tenía afecciones profundas a determinadas personas, que no quería dejar. El confesor le dijo que rezara el Veni Creator. Recibió luz de Dios. En efecto, solo con el Espíritu Santo alcanzamos a ver y a realizar lo que Dios desea que le demos.



Dador de vida

Culminación del proyecto redentor, Pentecostés. Tenemos el Espíritu Santo, pero puede dársenos en mayor abundancia. Toda vida de Él procede, y sin su acción nada podemos.



Amor divino que se derrama en nuestros corazones

El Espíritu Santo hace que se “desbloquee” el pecado. ¿Por qué? Porque es el amor sustancial: el Amor divino se derrama en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado. Puedo entonces amar con el mismo amor de Dios. Mi amor de creatura ha sido elevado a límites jamás imaginados.